Revista Pájaros, 2º época, nº 18, 1972

En estas líneas no quiero incluir nada relacionado con las notas o código de canto de este canario, sino más bien hacer un comentario encaminado a orientar y en lo posible tratar de aclarar algunas dudas que, estoy seguro, tienen muchos de los criadores de este tipo de canario.

Son muchos los criadores que me consultan sobre la forma de obtener buenos canarios de Timbrado Español. Mi contestación a todos es la misma: todo depende de la sensibilidad musical, del gusto del criador. Después de oír unos canarios y ponderar su opinión sobre ellos, podríamos formar, en parte, un juicio sobre las características del aficionado en cuestión.

Es muy de disculpar, que un aficionado que empieza a dar sus primeros pasos en este hobby, y que al no tener forma de hacer un juicio comparativo, se crea que aquellos canarios que posee, pueden ser los mejores; pero que después de oír otros ejemplares de auténtica valía y calidad, no puede continuar con los que tiene y hará lo posible por conseguir otros canarios. Este aficionado, este principiante, tiene sensibilidad musical y sin duda llegará a tener buenos ejemplares.

El hecho de que Asturias tenga fama de poseer los mejores canarios de Timbrado Español, se debe a la gran sensibilidad de algunos de los criadores y a la suerte de haber tenido entre nosotros al gran amigo y excepcional experto don Antonio Drove Aza, así como también al buen amigo don Santiago Ruiz, hombre de gran sensibilidad musical. A estos dos señores debemos los aficionados asturianos el logro de un canario de canto suave, dulce, melódico, variado y a la vez armonioso.

Desde el primer concurso, hace ya años, en el cual actuó como juez mi gran amigo y profesor don Antonio Drove Aza, el hombre con más conocimientos sobre el canto de los pájaros de cuantos me he tropezado, desde ese mismo momento insistió en el logro de un canario de Timbrado Español que fuera digno representante de España en todo tipo de competiciones, la verdad es que no se le hizo todo el caso que se merece, pero aún así, se ha logrado algo de cuanto él nos enseñó.

No es justo, no consentimos ni podemos admitir que se denomine canario timbrado español, a cualquier canario que cante alto, a diferencia de lo que es el róller.

En los concursos de casi toda España, aquí también, se reciben los canarios en tres grupos: Róller, Timbrado Español y Color. En el grupo de timbrado, se admite cualquier canario, que por el tono de sus notas difiera del róller y que éstas sean lo más alto y sonoras posible. Después el juez dirá si es bueno o malo, y como los que más gritan son los que más se oyen, se venderán mejor, y en sus compradores tendremos nuevos aficionados engañados los cuales perderán varios años o defraudados por el engaño dejarán esta bonita afición.

No, amigos; no es éste el camino. Seamos más honrados. Podréis decirme que no entendéis, pero a eso os repetiré lo que siempre digo a mis amigos. No penséis en premios, desechad todo aquello que no os guste, pues los canarios se crían para el deleite personal y no para que un señor los premie. Además bien sabéis que no siempre ganan los mejores, pues son muchas las veces que éstos pasan inéditos por los concursos. No comprendo cómo un señor puede soportar en su casa unos canarios que no le gustan, sólo para que yo, juez, por ser de mi agrado se los premio; ¿se cría para el juez o para el recreo personal?

Concretamente en Asturias somos muchos los aficionados que tratamos de desterrar los chaus-chaus, piaus-piaus, chac-chac y toda clase de estridencias, aún a sabiendas de que estos canarios en algunos concursos estarán en inferioridad de notas. Por otra parte, tratamos de introducir o mejor ampliar notas que estando dentro del código, son para nosotros más agradables, como son una buena variedad de floreos, notas compuestas, cloqueos y notas de agua, las cuales para nuestro juicio, hacen que el canto del canario timbrado español nos resulte más dulce y armonioso. Los buenos aficionados de Jerez y Alicante comparten estos gustos y tienen en la actualidad, muchos de ellos procedentes de Oviedo, tan buenos canarios como los de Asturias.

Personalmente y con ocasión de mi actuación como juez en el Concurso Nacional de Sevilla y en el Mundial de Munich, hice muchas consultas a jueces internacionales, a los cuales expuse el canario que, a mi juicio, podría representar dignamente a España, coincidiendo ellos con mi criterio, a la par que me apuntaban las grandes dificultades que tendría el logro de un canario de tan alta talla.

Como considero que el criar y seleccionar canarios, es un hobby para toda una vida, empleémosla todos e intentemos que este canario de timbrado español, sea admirado por los grandes técnicos mundiales y extendido con la misma dignidad que otras muchas variedades.