Si hace tan solo quince años nos hubieran dicho que el número de criadores de canario discontinuo iba a alcanzar tan solo un tercio de los que actualmente tiene, creo que ni los más optimistas hubiéramos dado crédito a ello. Si a esto unimos que ya se cuenta con grupos consolidados de criadores de esta modalidad de canto, e incluso con asociaciones monográficas, en zonas geográficas de España en las que esto era impensable hasta hace nada; le sumamos el papel desempeñado por las nuevas tecnologías, muy en especial de Internet, donde se puede escuchar su canto en varias páginas Web; y, finalmente, añadimos, las especiales y poco favorables circunstancias en las que este desarrollo se ha producido (tradicionales y recurrentes pugnas intestinas de la canaricultura de canto española, falta de unificación de criterios selectivos y de enjuiciamiento y, últimamente, problemas federativos y derivados de la “Gripe Aviar”) no cabe duda de que si no “la fastidiamos” a esta modalidad de canto le espera un futuro esplendoroso.
No obstante, hay varios puntos en los que creo que desde las asociaciones debemos incidir para que estas fabulosas perspectivas lleguen a materializarse.
1º Formación de los criadores.
La mayoría de los nuevos criadores de canto discontinuo procede del Timbrado, tanto de línea clásica como intermedia, y ello conlleva que los métodos y sistemas de cría, voladeros y preparación para los concursos a los que están acostumbrados no siempre son los más idóneos para el canario discontinuo; de ahí que muchos de ellos tarden bastante más tiempo que criadores que empiezan de cero en obtener los resultados deseados. A todos nos cuesta cambiar viejos hábitos, no digamos abandonarlos radicalmente, y si bien es cierto que todas la variedades de canto tienen unas bases comunes no lo es menos que en las cuestiones de matiz se encierra la clave del éxito o del fracaso de muchos criadores. Deberíamos centrarnos en el estudio de esas peculiaridades metódicas que marcan la diferencia y explicarlas a los nuevos criadores con claridad y sencillez, de tal forma que puedan comparar su sistema con el que nosotros utilizamos y ver aquello que pueden seguir haciendo y aquello que no.
Lógicamente hay infinidad de sistemas, unos más válidos que otros, pero la cuestión está en que hay que extraer los puntos de coincidencia de los más válidos y comprobar su eficacia por nosotros mismos, confeccionando con el tiempo un método propio y singular, adaptado a nuestras propias circunstancias personales y materiales. Aquí nadie nace enseñado, creo haber tocado este punto ya en algún escrito anterior.
Afortunadamente, gracias a la Red, los criadores noveles pueden encontrar valiosísima información contenida en artículos de lo más variado y que cuentan con la garantía de estar firmados por criadores de reconocido prestigio; pero ello no debe ser óbice para que desde las asociaciones pongamos nuestro granito de arena a través de la confección de materiales de formación multimedia y de la realización de cursos y reuniones en los que se incida en los aspectos fundamentales a tener en cuenta en este arte nuestro de criar buenos cantores y, muy especialmente, donde los criadores noveles o menos veteranos puedan plantear a los veteranos más laureados sus dudas e inquietudes.
Dentro de esos cursos o reuniones debería desarrollarse un temario que abarcara todos los aspectos de nuestra afición, haciendo especial hincapié en los sistemas de cría, la importancia de la fase de voladero y su metodología, la preparación para los concursos y, sobre todo, el estudio del canto de nuestro canario.
También debemos hacer ver la importancia de llevar un libro registro de cría y pedigrís, así como involucrarnos creando registros sociales de pedigrís que doten de oficialidad a los árboles genealógicos de los ejemplares de nuestros asociados.

2º Los canarios hay que oírlos antes de adquirirlos.
Internet, como se dice más arriba, ha supuesto un verdadero BOOM para nuestro canario, pero de la misma forma que tiene cosas buenas también las tiene malas. Una de las peores es que hay muchos criadores que a la hora de adquirir sus ejemplares se dejan llevar por lo que se comenta en los diversos foros o por los anuncios donde criadores de “discontinuo” ponen a la venta sus laureados canarios. El resultado es que compran canarios sin haberlos oído antes, en la inmensa mayoría de los casos. Parece que lo de asistir a los concursos para escuchar canarios y, en su caso, adquirirlos, se sustituye por el más cómodo tecleo frente al ordenador. El resultado es que pocas veces lo que se compra es lo que se cree.
Con demasiada frecuencia recibo correos o llamadas de teléfono de criadores lamentándose de cómo se han gastado el dinero comprando canarios discontinuos de afamados criadores de Internet que, cuando han llegado a su casa y los han oído, de discontinuos tenían menos que los que ellos poseían.
Hoy por hoy, hay que ser realista, adquirir buenos canarios discontinuos, fuera de los circuitos habituales, es muy complicado; ya que los criadores no suelen desprenderse de sus buenos ejemplares, los reservan como reproductores, y los que se quitan van a casa de sus amigos. Evidentemente, se pueden conseguir canarios discontinuos de “clase media”, pero esos no tienen ni la calidad ni las puntuaciones reclamo de los ejemplares que sirven de escaparate, y no debieran cobrarse a los precios tan desorbitados que se están pagando.
No hay que comprar canarios que no se hayan oído previamente, so pena de llevarnos sorpresas desagradables, cuanto antes se lo hagamos comprender a los criadores mejor. Recomendemos a los criadores que quieran adquirir ejemplares que asistan a los concursos, escaparate de las virtudes y defectos de nuestros canarios, y se informen de qué criadores destacan por la calidad, regularidad y homogeneidad de sus ejemplares año tras año.

3º Las fechas de enjaule de los canarios noveles.
Los estudios científicos realizados sobre el canto del canario, principalmente los llevados a cabo por Fernando Nottebohm1 y su equipo, revelan que éste alcanza su madurez canora alrededor de los siete meses de vida. Empíricamente, podemos observar en nuestros criaderos que entre los cinco y seis meses muchos ejemplares, con la muda totalmente terminada, presentan ya en el voladero una estructura canora y un repertorio bastante centrado o definido, están en condiciones de pasar a la fase de canción estable mediante su enjaule individual en jaula de concurso con un mínimo de garantías de que el adelantamiento canoro que dicho pase conlleva no tenga unos efectos muy negativos en lo que esa crítica fase final de la evolución del canto supone.
Lo ideal es proceder a la separación en jaulas individuales de nuestros jóvenes machos de forma gradual, atendiendo a su grado de desarrollo morfo-fisiológico (muda completamente terminada) y canoro (estructura melódica definida, poca variación de giros respecto a la que se produce de forma típica en la plenitud de la fase de canción plástica, aunque voz, dicción y tonalidad por debajo de lo normal en la fase estable o adulta propiamente dicha). A pesar de ello, desgraciadamente, por cuestiones de espacio o tiempo, tomamos como referencia una fecha concreta y enjaulamos todos los ejemplares al mismo tiempo: GRAN ERROR.
Normalmente, la mayoría de los criadores de canarios discontinuos enjaulamos a mediados de octubre o primeros de noviembre. Estas fechas son buenas, en caso de que el desarrollo morfo-fisiológico y canoro haya sido el correcto, para los ejemplares nacidos en los meses de marzo y abril, ya que tendrán en octubre 7 ó 6 meses, algo justas para los nacidos en mayo (5 meses) y absolutamente precipitadas para los nacidos en los meses de junio y julio (4 y 3 meses respectivamente). Recordemos que los canarios, por término medio, alcanzan la madurez suficiente para el pleno desarrollo de su canto sobre los siete meses; aunque todos conozcamos de casos de ejemplares de cuatro ó cinco meses que hayan cerrado canto de forma satisfactoria antes que los de ocho o incluso más meses. Tengamos presente que los estudios científicos dan cifras medias basadas en estadísticas.
Todos sabemos por experiencia propia que, a pesar de que planificamos la cría para que ésta dure lo menos posible y tratar de sacar lo antes posible esas dos nidadas por hembra de media, a veces las cosas se complican y la temporada de cría se alarga. Unas veces por inmadurez de los reproductores (en caso de empezar la cría muy pronto) y otras porque las primeras nidadas se dan mal, o por mil posibles circunstancias, nos vemos metidos en junio o julio con hembras con pollos e incluso incubando.
Cada fase del desarrollo del canto de nuestros canarios requiere su tiempo, la más importante es la de canción plástica, coloquialmente llamada fase de repaso, esa fase tiene una duración media de 4 ó 5 meses.
Hagamos un pequeño inciso. Si no ubicamos cada una de las nidadas de un mismo cruce en voladeros distintos, y hay mucha diferencia de edad entre nidadas (lo que suele ocurrir si no utilizamos nodrizas y encima falla alguna nidada intermedia; llegando a casos en que los hermanos de la primera nidada tienen dos ó tres meses más que los de la última), los pollos de las últimas nidadas suelen ser arrastrados por sus hermanos mayores y ver su fase de canción plástica recortada al evolucionar su canto al ritmo marcado por estos últimos2.
Aquellos que enjaulan en fecha fija deben tener presente que, si la temporada de cría se alarga, al llegar octubre, los ejemplares nacidos en junio o julio van a tener sólo cuatro o tres meses, bastante lejos de los 6 meses que damos por edad mínima óptima de enjaule individual. Lo normal es que esos canarios de 3-4 meses no tengan su repaso centrado, que estén en un estadio de desarrollo excesivamente flexible, como se suele decir entre los aficionados golondrineando. Al enjaularlos precipitamos el desarrollo, acortando drásticamente la duración de la fase de canción plástica, y el porcentaje de ejemplares de esta edad que no logra desarrollar su canto correctamente, con una calidad mínima, e incluso acusando infantilismo o una clara falta de estructura melódica, es muy elevado.
A la hora de enjaular individualmente nuestros canarios hagámoslo gradualmente, teniendo presente que hayan terminado su desarrollo morfo-fisiológico y que tengan su repaso ya bastante centrado o, en todo caso y como referencia, procuremos que tengan como mínimo unos 6 meses de edad.

4º. Fechas de los concursos.
Estrechamente relacionado con el punto anterior está el de las fechas de los concursos. Partiendo de la premisa de que, por término medio, la madurez óptima mínima del canto se produce entre un mes y medio y dos meses después del enjaule individual (esto varia enormemente dependiendo de la dirección de canto de nuestros canarios e incluso de la estirpe o línea a la que pertenezcan) los criadores ajustan la fecha de dicho enjaule en función de las fechas de los concursos que les interesan: empiezan la casa por el tejado.
No me importa volver a repetir, aunque se me acuse de pesado por lo palmario del tema, que el desarrollo del canto precisa de un tiempo mínimo de repaso o canción plástica. Debemos dejar que los canarios desarrollen su canto de la forma más natural posible, sin precipitar innecesariamente su evolución. Suficientes concursos hay como para no cometer errores innecesarios que tan caros vamos a pagar. No queramos correr y no adelantemos a nuestros ejemplares para que lleguen a unos concursos concretos, ni los presentemos a los mismos antes de que su canto haya alcanzado una estabilidad suficiente (luego vienen las lamentaciones porque me han sacado esto o me han copiado aquello).
Si nos fijamos, la mayoría de las grabaciones que se publican en Internet en los meses de noviembre, realizadas en concursos o con ejemplares que ya están compitiendo, están más cerca del repaso que del canto adulto. Ejemplares, en la mayoría de los casos, que todavía no han alcanzado el registro tonal adecuado, con canciones o fraseos entrecortados y titubeantes y, en muchos casos, acusando gangosidades o encharcamientos producto únicamente de la inmadurez y de la falta del correcto engarce entre sonidos consonánticos y vocálicos. Por no mencionar aquellos giros de texto fonético algo más complejo y que en fase de repaso suelen tener una aparente sonoridad CH, el mismo tipo de sonidos que hace que muchos criadores descarten a las primeras de cambio ejemplares inmaduros por culpa de las temidas CHs y que al cabo de apenas un mes y medio o dos meses se transforman en complejos giros sin ninguna, o muy residual, sonoridad CH. Sí, efectivamente, esos canarios que cuando los volvemos a escuchar en casa de amigos hacen que nos llevemos las manos a la cabeza al darnos cuenta de lo precipitado de muchas de nuestras decisiones de descarte.
Creo que como es prácticamente imposible mentalizar a los criadores acerca de este punto, sobre todo a aquellos que suelen participar únicamente en el concurso de su asociación, las asociaciones debemos tomar cartas en el asunto. ¿Cómo? Retrasando las fechas de los concursos en aquellas zonas en las que se está observando que la mayoría de los canarios participantes no alcanza la madurez canora mínima deseable en un ejemplar de competición, lo que ocurre en la mayoría de los concursos de canario discontinuo que se celebran en el tercio norte peninsular en el mes de noviembre. En estas zonas se suele empezar a criar más tarde que en el centro y en el tercio sur, motivo por el que muchos canarios empiezan a competir a una edad en la que todavía deberían estar en el voladero o recién enjaulados.
Incluso en la zona de Levante, a medida que se ha ido extendiendo la cría del canario discontinuo, se ha observado que cada vez son más numerosos los canarios que alcanzan su plenitud canora en el mes de diciembre; motivo por el que muchas asociaciones han trasladado sus
concursos de principios o mediados de noviembre a la segunda mitad de diciembre, quedándose, bajo mi particular punto de vista, incluso cortos para muchos ejemplares.
Ya no es llamativo, ni siquiera en Andalucía, encontrar concursos en el mes de enero; fechas que hasta ahora parecían estar copadas exclusivamente por los concursos del norte peninsular.
Se hace necesario que las asociaciones reflexionen profundamente acerca del tema propuesto y adapten las fechas de los concursos al ritmo de desarrollo medio de los ejemplares de sus asociados. Para aquellos criadores cuyos canarios tengan un ciclo evolutivo más corto o más largo hay muchos concursos donde poder competir con anterioridad o posterioridad al concurso social.
En asociaciones con muchos criadores incluso se pueden hacer dos concursos: un social a finales de noviembre, especialmente destinado a aquellos ejemplares más tempraneros, y uno abierto, a mediados de diciembre o principios de enero, para el grueso de asociados.
Las asociaciones que organizan circuitos de concursos todavía lo tienen más fácil, ya que dotan a sus asociados de un margen de maniobra mucho mayor.
En resumen, adaptemos las fechas de los concursos a la evolución canora de nuestros canarios y no al revés.

5º Centrarse en el desarrollo de una estirpe como clave del éxito. Meter pluma todos los años explicación del fracaso.
Recordemos el concepto de estirpe:
Estirpe: “Población cerrada de animales de una raza o variedad, que ha sido creada por algún criador a base de reproducirla con individuos pertenecientes a ella misma, sin introducir material extraño”.
Ya hemos dicho que conseguir ejemplares de calidad canora contrastada es complicado pero todavía lo es más adquirir buenos raceadores, ejemplares procedentes de troncos que han demostrado la heredabilidad de sus virtudes principales.
Por ello resulta especialmente decepcionante que la inmensa mayoría de los criadores se preocupe más por los resultados inmediatos que por ir formando, poco a poco, una estirpe propia de garantías.
Por mucha calidad que tengan los ejemplares adquiridos, si el primer año no dan el resultado esperado se suelen desechar y a otra cosa mariposa. Incluso cuando conseguimos ejemplares que dan buen resultado al principio, solemos descartarlos a las primeras de cambio la primera temporada que no dan el fruto esperado. Consecuencia: todos los años a comprar y meter pluma ajena. El resultado es que no explotamos las posibilidades genéticas de nuestros canarios como debiéramos, entrando en una espiral de insatisfacción y frustración.
Sin perseverancia y confianza en la calidad genética de nuestros canarios es imposible sentar las bases de una estirpe ganadora. Las buenas estirpes no se compran, se hacen a fuerza de trabajo, constancia, paciencia y saber hacer.
Hay múltiples sistemas para crear una estirpe propia, pongámoslos en práctica y demos el valor que se merece al término canaricultor.

Conclusión.
Los puntos anteriores son fruto tanto de la reflexión como de la reiteración de los mismos, año tras año y sin excepción, en las conversaciones que mantengo con canaricultores. Evidentemente, no profundizo en los temas tratados, para eso hay escritos monográficos sobre ellos al alcance de todo el mundo, sólo pretendo llamar la atención de asociaciones y criadores. Seguro que también he dejado en el tintero otros asuntos tan importantes o más que los tratados, pero estos son los que más me preocupan en este momento.
Si estas reflexiones sirven aunque sólo sea a un único canaricultor me daré por satisfecho.
1 Se pueden consultar varios trabajos de este autor y de sus colaboradores en www.pnas.org.
2 No es infrecuente que ocurra el fenómeno contrario y, por diversos motivos, sean los hermanos menores los que se impongan a los mayores y no sólo marquen el ritmo del desarrollo canoro, sino que además sean los que los arrastren canoramente.