Las enfermedades que afectan al hígado podemos clasificarlas en infecciosas y no infecciosas:
.
a) Causas infecciosas.
.
I) Hepatitis Bacterianas.
.
Son muchas las bacterias que pueden producir un daño hepático, pero fundamentalmente son las bacterias intestinales (enterobacterias) las más frecuentes: E. coli, Salmonella, Pasteurella, Pseudomonas, etc.
Estos gérmenes actuan por si sólos o bien agravando una enfermedad ya existente (en asociación con una bajada en las defensas y una alteración en la flora digestiva).

 

II) Clamidiasis (Psitacosis u Ornitosis)

 

La psitacosis, producida por el microorganismo Chlamydia psittaci, es responsable de la mayoría de las hepatitis bacterianas que se dan en las psitácidas. Otras especies también muy afectadas son las paseriformes.

 

III) Infecciones Víricas.

 

Existen virus que pueden atacar al hígado exclusivamente o bien también a otros órganos. Entre ellos tenemos: poliomavirus, adenovirus, coronavirus, reovirus, serositis virica aviar, herpesvirus, etc. Dentro de estos ultimas estan los responsables de la enfermedad de Pacheco (afecta exclusivamente a psitacidas): de evolución fulminante y contagio rápido, produce una gran mortandad de celulas hepaticas.
El diagnóstico de una infección vírica puede resultar bastante difícil, sobre todo teniendo en cuenta que puede complicarse con otras enfermedades que enmascaran el problema principal.

 

IV) Protozoos.

 

Aunque los protozoos suelen vivir en el aparato digestivo pueden pasar en un momento determinado a otros órganos, entre ellos el hígado.
Los Trichomonas son frecuentes en paseriformes, columbiformes y aves rapaces; los Atoxoplasmas en canarios; los Histomonas en pavos; los Toxoplasmas en mainates, pinzones y loris; los Sarcocistis en psitacidas, etc.

 

Atoxoplasmosis.

 

Enfermedad causada por un parasito llamado Isospora serini. Se trata de un coccidio con una historia confusa: en un principio se pensó que los gorriones podían transmitir esta enfermedad a los canarios a través de la picadura de ácaros que portaban los primeros, más tarde se demostró que el contagio es sólo vía oral y que los atoxoplasmas de los gorriones no afectan a los canarios.
Afecta principalmente a jóvenes con una edad entre 2 y 9 meses. Los síntomas son: erizamiento de plumas, debilidad, diarrea, dificultad respiratoria, problemas nerviosos (en dos de cada diez pájaros enfermos) y muerte. La mortalidad puede alcanzar hasta el 80% de los pájaros afectados.
Los paseriforines adultos son generalmente portadores asintomáticos que pueden eliminar los parasitos en las heces durante una larga temporada y contagiar así a los jóvenes, razón por la que no se aconseja mezclar aves adultas con jóvenes en la misma jaula.
En un estudio realizado a finales de los ochenta en Inglaterra se apuntaba la posibilidad de que fueran los atoxoplasmas los responsables de la mayor parte de los casos de verderones (Carduelis chloris) afectados con << mal seco>>.
Lesiones características son un aumento en el tamano del hígado (fácilmente visible como una mancha oscura que asoma bajo el esternón, en el lateral derecho del canario) y unos intestinos inflamados.
Los atoxoplasmas son muy resistentes a las condiciones ambientales y no son destruidos por la mayoría de los desinfectantes.
La atoxoplasmosis es una enfermedad difícil de tratar, requiriendo una terapia prolongada. Este problema también se ha observado en otras paseriformes como jilgueros, camachuelos, verdecitos, mainates, etc.

 

b) Causas no infecciosas.

 

I) Hemocromatosis.

 

En algunas especies como tucanes, mainates, aves del paraíso turacos, estorninos, quetzales, etc. la alimentación excesivamente rica en hierro puede provocar una alteración de su metabolismo y acúmulo exagerado de este mineral en las células hepáticas, provocando lesiones irreparables de las mismas.
En realidad no se conoce la causa exacta de esta enfermedad, posiblemente sean varios los factores que predisponen su aparición. Así tenemos que en minas Rothschild hay un incremento de casos al aumentar la edad; en otras especies de mainates se sospecha de una enfermedad vírica o anormalidad metabólica. En tucanes puede existir una predisposición genética, pudiendo morir a las veinticuatro horas de haber empezado a mostrar los primeros sintomas.
Las aves afectadas con hemocromatosis presentan unos síntomas típicos: debilidad, dificultad respiratoria, acumulo de líquido en abdomen y aumento del tamaño del hígado.

 

II) Lipidosis Hepática.

 

También conocida como <> es frecuente en algunas especies de aves. En psitacidas las aves más propensas son los Periquitos, Agapornis, Ninfas, Cotorras de Pecho Gris y Amazonas. Ocasionalmente vista en Diamante Mandarin, Diamante Papagayo y Diamante de Cola Roja.
Se trata de una acumulación excesiva de grasa en el hígado, volviendose este amarillo. El comienzo suele ser agudo, muriendo el ave sin llegar a perder peso. Las causas son varias:

 

-Dietas muy energeticas, generalmente en forma de carbohidratos.
-Falta de ejercicio.
-Temperatura ambiente elevada.
-Dieta pobre en ciertas vitaminas (biotina, colina) y aminoácidos (metionina).
-Alteraci6n en el funcionamiento de la glandula tiroides.
-Administración de hormonas.
-Presencia de micotoxinas en la dieta.

 

Para su tratamiento se aconseja el uso de dietas poco energéticas suplementadas con vitaminas (colina, acido fólico, vit. E y vit. B12) y aminoácidos (metionina).
La alimentación rica en hierro es una de las causas que favorece la aparición de la hemocromatosis en maintes.

 

III)Toxinas.

 

Existen sustancias que pueden producir lesiones hepáticas: metales pesados (plomo, cobre); medicamentos (dimetridazol); insecticidas; etc.
También existen plantas que dañan el hígado: adelfa, cicuta, semillas de algodón; toxinas de ciertas algas verdeazuladas, etc.
El exceso de vitaminas (hipervitaminosis) puede interferir con el normal funcionamiento de este órgano.
El grado de intoxicación viene determinado por la cantidad de toxina ingerida, el estado nutricional del ave, enfermedades concomitantes, etc.

 

IV) Aflatoxicosis.

 

Se trata de una enfermedad producida por una sustancia tóxica llamada aflatoxina (producida por ciertas especies de hongos que pueden crecer sobre los alimentos).
Las aflatoxinas suelen producirse en condiciones de calor, oscuridad y humedad, por lo que la refrigeración de las semillas puede prevenir la aparición de estas sustancias.
Además de dañar el higado pueden producir cancer, resultando por tanto de máximo interés su detección en la comida.
El diagnóstico de esta enfermedad puede resultar bastante difícil dada la gran cantidad de síntomas que pueden aparecer y la complicación por infecciones secundarias que enmascaran el problema principal. Por eso siempre recomiendo que cuando un avicultor comience a notar problemas con sus aves tras la administración de un nuevo lote de comida lo retire de inmediato y lo sustituya por alimentos de un origen diferente.

 

Protectores hepáticos

 

El hígado es un órgano bastante delicado, existiendo por desgracia pocos medicamentos para favorecer su recuperación. Los protectores hepáticos suelen estar compuestos por sustancias tales como colina, biotina, vitamina B12, sorbitol, metionina, etc. No obstante nuevos productos se están ensayando en las aves para comprobar su utilidad en el tratamiento de dolencias hepáticas.

.

http://www.cced.es

.