El arículo se publicó en varios números consecutivos de la revista pájaros, los iremos añadiendo todos
Revista Pájaros nº 25 de 1962
Comprobamos en el capítulo anterior, por la representación fonética—tal como los representa el Reglamento—que los llamados Timbres del canario Timbrado son auténticos Rulos, porque en ambos la estructura de modulación y el ritmo de su emisión son idénticos, aunque en la práctica las rudezas de expresión y vocalizaciones poco gratas en la mayoría de estas notas básicas del Timbrado puedan parecer muy distintas a los aficionados muy poco expertos en canto Roller.
En cambio, se dan casos paradójicos frecuentes en los que, canarios Timbrados que emiten Timbres según las características preconizadas por el Reglamento son descalificados en los Concursos. Pero, ¿por qué ha de cometerse esta arbitrariedad con canarios que ejecutan unas notas que dicen ser básicas? ¿Es que acaso el Reglamento no define a los Timbres como sonidos ininterrumpidos o continuos de duración prudencial y establece además a los dos Timbres, intermedio y profundo, como notas del mayor mérito y puntuación?
Es lógico, por tanto, que los cultivadores de este canto presenten sus canarios con variedad de Timbres esmerándose en el cultivo de los de mayor puntuación y mérito, porque de lo contrario. ¿para qué se estableció el Reglamento y el Código sino para mejorar el canto Timbrado tan quiméricamente impuesto a los criadores del canario del País, y tan discutido, por otra parte, por los que no hemos podido aceptar en ningún momento la denominación de Timbrado en su doble significado: bien como clase de modulación, o como tonalidad bien definida. ¿Es que los Rulos son las notas básicas del canto puro del País?, y, por otro lado, ¿son los tonos metálicos o altos los que solamente confieren belleza característica a nuestro popular y alegre cantor? Entonces, ¿por qué se establecieron, absurdamente conjugadas en el Reglamento, unas notas básicas ruladas y además específicamente determinadas con tonalidades intermedia y profunda bajo la denominación incorrecta de Timbres?
El precisamente este doble significado de Timbrado el que causa la más absoluta confusión entre los aficionados porque no llegan a comprender la razón por la que un canario cuyo canto ha sido reconocido internacionalmente puede ser descalificado ahora por el hecho de emitir los Timbres intermedio y profundo perfectamente definidos en el Reglamento. La justificación es bien lógica bajo el punto de vista técnico, puesto que, internacionalmente, canto Timbrado supone, implícitamente, que este canto ha de poseer necesariamente tonalidades altas, metálicas o timbradas. Es decir, que Timbrado significa tono alto o metálico y, por tanto, canario de canto Timbrado no debe interpretarse como canario productor de Timbres (notas) como lo define el Reglamento, sino como canario cuyo tono de voz ha de ser forzosamente metálico en su variado repertorio de canto. Con esta aclaración se comprenderá el contrasentido en que incurre el Reglamento al aceptar como notas básicas al Timbre intermedio y al Timbre profundo, ninguno de los cuales posee el tono metálico imprescindible para que el canto así considerado responda al concepto internacional de Timbrado.
Por lo expuesto, se dará cuenta la afición que el adjetivo Timbrado no es correcto, ni muchísimo menos, aplicándolo al canto del canario del País, puesto que, por haber sido presentado y aceptado internacionalmente bajo esta absurda denominación, el canto de nuestros canarios del País ha de amoldarse en lo sucesivo a una tonalidad muy limitada que ha de parecer a estas alturas—cuando una buena mayoría de cultivadores ha comprobado una mayor belleza en la mayor parte de las notas típicas emitidas con tonalidades más redondeadas y extensas—insuficiente para mantener contrastes amplios de tonalidad en el variado repertorio del buen canto del canario puro del País.
Esta limitación de tonalidad que nos ha sido impuesta desde el exterior (¿no se ha dicho que había sido aceptado el Timbrado sin reparo alguno?) supondrá que el canto de los canarios Timbrados deberá limitarse a tonos timbrados y, por tanto, a la ejecución de una sola de las tres notas básicas: el Timbre metálico, porque de lo contrario si llegan a emitir otras notas, básicas o no, con tonalidad más baja deben ser descalificados en los Concursos. El Reglamento al no tener en cuenta el significado internacional del adjetivo Timbrado, y al considerar, por el contrario, a los Timbres como notas básicas del canto Timbrado comete un doble error técnico bien manifiesto en la realidad canaricultora, por cuanto ni los mal denominados Timbres son básicos, puesto que enmascaran a unos Rulos impropios del canto puro del País, ni la tonalidad del Timbre intermedio y mucho menos la del Timbre profundo se amoldan al concepto real de tono timbrado que se desconocía cuando se estableció el Reglamento y tal vez también cuando desoyendo advertencias de quienes por obligación debíamos hacerlo, se apresuraron a presentar a juicio internacional un canto que, a juzgar por las normas dictadas por el Reglamento—como patrón inmutable del verdadero canto Timbrado—dista mucho de las cualidades tradicionales del buen canto del canario puro del País que hemos conocido en nuestra larga vida de aficionados y que, modestamente he inculcado a quienes reconocen hoy una mayor belleza de canto sobre el tan absurdo y discutido Timbrado.
Que los Timbres preconizados en el Reglamento son auténticos Rulos es una verdad que no debe ofrecer la menor duda a nadie y mucho menos a los interesados en mantener los erróneos conceptos del Reglamento y muy en particular a quienes hace bien pocos años establecían particulares convencimientos de la inmejorable calidad del canto Roller rama Glucke en sus propagandas publicitarias. Si entonces consideraban inmejorable el canto rodado obtenido por mixtificaciones de Glucke (Cloqueos), ¿por qué razón no han de ser Rulos los Timbres preconizados en el Reglamento aun en el supuesto de que fueran representados fonéticamente como mixtificaciones?
Si bien es cierto que el canto Roller de la más alta calidad debe poseer unas características muy propias—precisamente las mismas que pretendo inculcar a la afición desde los distintos capítulos de mi "Iniciación al canto clásico Roller" al objeto de estimular la máxima pureza de las modulaciones y de las tonalidades—, no por eso hemos de negar la evidencia de lo que ocurre en la práctica tanto en nuestros Concursos como en los del exterior: ¿es que el Código o Estándar Roller o del Harz no acoge con notas puntuables a los Rulos mixtificados de otras notas varias, como también a los muy cortos o a los de muy larga duración, e incluso a los Rulos emborrados y mediocres tanto por su tono como por su imperfecta modulación, aunque, como es lógico, con puntuaciones adecuadas al mérito y pureza de los mismos?
Por tanto, no debemos considerar a los Timbres del Timbrado como auténticos Rulos solamente cuando son emitidos con vocalizaciones gratas y tonalidades profundas, sino también a los mediocres, a los muy cortos de duración, a los mal definidos y a los de tonalidades ambiguas: Serán en todos los casos auténticos Rulos siempre y cuando mantengan el carácter rodado que es precisamente el que da lugar a la percepción de un sonido continuado o ininterrumpido como consecuencia del rápido batido silábico en la modulación característica de estas notas ruladas.
¿Es que el Reglamento no define así a los Timbres? Es preciso, pues, aclarar este concepto de "sonido ininterrumpido o continuo" que caracteriza a los Rulos y por lo que se ve también a los Timbres del Reglamento. Con esta aclaración demostraremos la veracidad de mis afirmaciones y al mismo tiempo complaceré a los cultivadores del canto del País que han pedido que continúe con mi labor constructiva en favor del buen canto puro del País. A los otros, a los que les molesta que me inmiscuya en una modalidad de canto que no me compete y consideran mi labor un tanto destructiva, deben saber que las páginas de esta Revista están dispuestas siempre a la controversia, porque, precisamente, lo que necesita la afición y la Revista Pájaros para general difusión, son colaboradores con criterios técnicos propios que puedan rebatir y aclarar criterios o teorías de quienes podemos comprometer en todo momento nuestro modesto prestigio de canaricultores, porque, a no dudarlo, resulta más fácil y mucho más cómodo crear ambientes de convencimiento en tertulias canarícolas poco instruidas, que exponerse al descrédito desde las páginas de una revista, que por su difusión en todo el ámbito nacional, debe ser leída, lógicamente, por muchos aficionados que pueden juzgar, por conocimiento de causa o por su sólida cultura, sobre la verdad o falsedad de lo que en ella se escribe.
Aclaremos el concepto de notas Timbradas que define el Reglamento en el preámbulo y que dice así: "...formadas por sonidos ininterrumpidos o continuos durante un tiempo prudencial...". Pues bien, veamos: Por experiencias llevadas a cabo por sabios psicólogos de prestigio universal se ha llegado a aceptar en Acústica que el oído humano normal es incapaz de separar instantáneos y sucesivos estímulos sonoros que se diferencien en 1/15 de segundo debido a un fenómeno normal de persistencia sensorial en virtud del cual se mantiene en nuestra conciencia durante 1/15 de segundo cada uno de los estímulos instantáneos anteriormente recibidos. Esto quiere decir que en una serie de sonidos instantáneos emitidos con una velocidad o frecuencia inferior a 15 emisiones por segundo podemos apreciar el intervalo entre cada uno de los sonidos percibidos. En cambio, y debido al fenómeno de persistencia del sonido en nuestro oído, no podremos distinguir las intermitencias regulares si la frecuencia es superior a 15 emisiones por segundo, dando lugar en este caso a la percepción de un sonido tanto más continuo cuanto mayor sea la velocidad de emisión de los sonidos instantáneo.
Con nuestra vista ocurre el mismo fenómeno de persistencia sensorial, motivo por el cual para percibir sensaciones de continuidad es preciso que aparezcan a nuestra vista estímulos luminosos superiores á 15 por segundo. Tal es el caso del Cinematógrafo. En el cine mudo se impresionaba y proyectaba la cinta a un ritmo de 16 fotogramas por segundo. Hoy se utilizan 24 fotogramas para ambas operaciones, por lo que la sensación de continuidad es más perfecta, como es lógico.
Este concepto acústico de persistencia podemos aplicarlo igualmente al canto de los canarios para damos cuenta de que son precisos asimismo un mínimo de 15 estímulos sonoros para producir la sensación de continuidad, requerida. Pero este sonido no es puramente continuo en cuanto a la amplitud de los estímulos emitidos porque al chocar sucesivamente unos con otros modifican la envolvente de la onda modulada, dando lugar con tal choque a la aparición de una r, más o menos dura, que bate o liga a cada uno de los sucesivos estímulos como consecuencia de la modulación gutural utilizada por los canarios Roller para expresar las ruladas clásicas, si su ritmo de emisión es del orden de 30 batidos por segundo; sin que esto quiera decir que emitido a otro ritmo bastante distinto dejemos de denominar Rulos a las notas así obtenidas.
Si el ritmo aumenta en velocidad, el sonido percibido tenderá a ser más continuo y el batido más rápido, obteniéndose la sensación de sonido vibrante, y por tal motivo denominamos Rulos vibrantes a los así modulados. Por el contrario, si el ritmo decrece la sensación de continuidad del sonido es inferior por ser el batido más lento, obteniéndose ruladas que pueden llegar a confundirse con otras notas de emisión no ligada o intermitente, si el batido es tan lento que casi permite distinguir los intervalos. En este caso, a pesar de denominarse Rulos compuestos a los así expresados, es cuestión muy discutible técnicamente, puesto que prácticamente no existe batido silábico.
Concretamente, en los Rulos guturales compuestos o mixtificados, como los obtenidos por composición de Glucke (Cloqueos), el ritmo del batido es mucho más lento porque el canario tiene que modular en la laringe ya no sonidos instantáneos susceptibles por tanto de rapidísimo batido, sino sonidos mucho más complejos como son los Cloqueos que previamente deben ser modulados por la lengua (modulación lingual). Por tanto, para ejecutar ruladas de Cloqueo la modulación debe ser: con la lengua para "pronunciar" Cloqueos y con la laringe para batirlos entre sí, si queremos que posean el carácter rodado tal y como se representan fonéticamente en los tratados de canaricultura Roller: Klukr. Klukr. Klukr..., emitidos por supuesto a ritmo lo más acelerado para que sin perder el carácter básico de Cloqueos puros exista la posibilidad (muy remota) de batido entre ellos. Se comprenderá que esta nota mixtificada o compuesta, es muy discutible bajo el punto de vista de continuidad de sonido y, no obstante, a pesar de que su ritmo no puede ser tan acelerado como para que cause sensación de batido silábico, se la denomina Gluckenrollen (Rulos de Cloqueos), y no tan sólo se les considera como Rulos compuestos, sino que en la práctica se aceptan como Rulos puros a los influenciados por el cultivo absorbente de los Cloqueos simples, obteniéndose Ruladas que distan mucho por su mayor dureza de ser equiparadas a los dulces y melodiosos Rulos clásicos del auténtico canto del Harz, y, no obstante, los que cultivaban esa modalidad de canto impuro no tenían inconveniente en afirmar, porque les interesaba, una suprema belleza del canto Roller rama Glucke y negar ahora, también porque les conviene, que los Timbres del Timbrado no son Rulos, cuando el Reglamento los define como verdaderos Rulos clásicos.