Preámbulo
Ya han pasado unos cuantos años desde que este artículo fue publicado por primera vez en la Revista “Pájaros”, en ese tiempo mucho ha sido lo que ha avanzado nuestra Canaricultura de Canto en todas su facetas. No obstante, a pesar de lo que se ha andado, creo que muchos criadores, a fuerza de buscar la cuadratura del circulo, están olvidando temas elementales de la praxis de nuestra afición y uno de esos temas es precisamente el que traté en “Influencia de los meses de voladero en el canto del canario”. Para muchos aficionados el contenido del presente representará una especie de cartilla de parvulario canaricultor, para otros representará un recordatorio de cosas que, no por sabidas, deja de ser bueno traerlas de nuevo a la memoria y, por fin, y espero que así sea, para algunos canaricultores noveles representará el descubrimiento de un sistema diferente y que desde hace unos diez años no sólo se ha universalizado entre los criadores de canarios discontinuos sino que, además, se ha enriquecido y perfeccionado con las aportaciones de muchos criadores. En efecto, cuando se publicó este artículo por primera vez éramos minoría quienes utilizábamos el sistema de utilizar tantos voladeros como cruces habíamos realizado, de hecho, cuando lo publiqué hacía muchos años que se practicaba por algunos de los canaricultores más destacados, pero parece que se trataba de uno de esos temas que sólo se explicaban a los noveles cuando preguntaban directamente sobre ello y no quedaba otro remedio; en suma, uno de los muchos secretos que los veteranos guardaban en su librillo particular con siete llaves.
Aún hoy en día se mira con recelo y desconfianza a quienes escriben y publican artículos sobre nuestra común afición. En lugar de ver que se trata de escritos con ánimo puramente divulgativo cuyo objetivo es tratar de que todos tengamos mejores canarios y avancemos en este nuestro arte, se descalifica a los autores acusándoles de afán de protagonismo. Pero yo me pregunto: ¿qué afán de protagonismo existe en hacer públicas las conclusiones sacadas del estudio de los sistemas utilizados por los canaricultores de nuestro entorno y sus experiencias, así como de las extraídas de nuestra propia acción canaricultora?
Si todos los aficionados compartieran sus experiencias pública y honradamente, sin tapujos ni aureolas de misterio, se podrían cotejar los diferentes sistemas y sacar conclusiones útiles para la mayoría. Muchas veces estamos tan convencidos de las excelencias de nuestro propio sistema que no vemos los errores de planteamiento más elementales. Amigo lector: NO EXISTE EL SISTEMA PERFECTO.
Influencia de los meses de voladero en el canario de canto
El tema que vamos a tratar ha sido descuidado por la mayor parte de los canaricultores. El convencimiento de que el control de los canarios noveles debe comenzar cuando éstos se hallan en la jaula de concurso es la clave para entender el fracaso de gran parte de los aficionados, quienes culpan a sus ejemplares de no tener la calidad suficiente. Está más que demostrado el hecho de que los criadores son los culpables de la mayor parte de las circunstancias que llevan a la degeneración de una línea de canarios de alta selección, la explicación es sencilla, la calidad de los pájaros está, frecuentemente, muy por encima de los conocimientos de sus criadores.
Todo canaricultor que se precie de serlo tiene que tener unos conocimientos básicos e imprescindibles sobre la raza que cultiva o desea cultivar. Estos conocimientos no se deben limitar tan solo a saber criar y preparar ejemplares para los concursos, el aficionado debe conocer perfectamente el Código de Canto, saber diferenciar cada uno de los giros que ejecuta el canario, conocer lo que motiva el canto y cómo se produce, la influencia del fenotipo y del medio ambiente, saber realizar los cruces teniendo en cuenta las leyes de la Genética y, sobre todo, saber lo que se quiere. Tenemos que trazarnos una meta, crear nuestra propia línea de canto, una línea que se basará en el que para nosotros es nuestro canto ideal y que se conseguirá con años de trabajo y de selección de aquellos ejemplares que más se acerquen por su repertorio a esa línea ideal a la que queremos llegar.
Esos conocimientos básicos e imprescindibles se adquieren por medio de la experiencia y de los consejos de jueces y canaricultores más experimentados, que sin duda alguna accederán gustosos a enseñarnos aquello que saben. Los consejos son la fuente de información de los nuevos criadores y dependerá de la cualificación del consejero que el principiante tenga mayor o menor éxito en sus primeros años de cría. Ni que decir tiene que el principiante tiene que comenzar su andadura en la cría deportiva adquiriendo los ejemplares de mayor calidad que pueda encontrar y siempre acompañados de su correspondiente planilla oficial, procurándose que el ejemplar tenga al menos ochenta y ocho puntos y carezca de cualquier posible defecto, asimismo exigiremos su pedigrí o árbol genealógico.
El seguimiento de los pichones en el voladero tiene que hacerse por aquellos que tengan los conceptos sobre el canto del canario muy claros, de lo contrario se puede llegar a conclusiones precipitadas, erróneas, que den al traste con todos los esfuerzos dedicados en la crianza. Lo que pretendemos es ir más allá de detectar defectos en el voladero que se pueden escuchar a priori, tales como notas excesivamente estridentes, nasales, o rozantes que rompen la línea melódica del repaso de nuestros jóvenes tenores, pretendemos llegar a descifrar las directrices del que luego será el canto ya cerrado y definido del canario adulto, intuir si van a primar las notas de ritmo continuo (timbres) o la notas de ritmo discontinuo, las voces y el tono, hallar los defectos que no se escuchan por no ser estridentes, pero que pueden hacer que todo un voladero se estropee por no saber detectar a tiempo al ejemplar que empezó a darlo. En definitiva, es intentar adelantarnos al canario en su evolución, no es posible saber qué notas dará y cómo las dará, debido a los cambios que se producen en el repaso de nuestros ejemplares, pero sí llegar a saber si el canario va a tener una predisposición a hacer un determinado tipo de notas u otras y seguir la evolución que lo lleva de realizar un repaso barulloso e indefinido a realizar el bello y armonioso canto del canario adulto.
Ya durante la misma cría habremos tratado de que los pichones no hayan escuchado el canto de los ejemplares adultos. Siempre he dicho que el criadero ideal constaría como mínimo de tres habitaciones o espacios insonorizados, el primero para las parejas de reproductores, el segundo para las nodrizas que sacarían adelante a los pichones (observar que de esta forma los pichones nunca oirían a los padres), y una tercera habitación para los pichones. No cabe duda de que tan sólo una pequeñísima minoría puede disponer en la actualidad de un criadero con estas condiciones. Las apreturas de la vida moderna nos pueden hacer sentirnos satisfechos si disponemos de una única habitación para los canarios y, en la mayoría de los casos, darnos con un canto en los dientes si disponemos de un balcón o terraza donde nos dejen tener los pájaros. La moderna canaricultura de canto exige disponer de un espacio del que la mayoría no puede disponer, de ahí que los criadores debamos aguzar el ingenio para solventar este problema. La mayor parte de los criadores dispone de un único y pequeño espacio en una habitación, terraza o balcón y después se arriesga a las iras familiares distribuyendo a los ejemplares adultos por el resto de la casa. Sin duda que nuestras familias merecen un monumento por aguantar y tolerar una afición que en muchos casos les resulta molesta (especialmente a primeras horas de la mañana y en época de vacaciones). Asimismo, tratamos de aprovechar la bondad de nuestros familiares y amigos para ocupar algún rinconcito de sus hogares y colocarles nuestros ejemplares adultos una vez terminada la cría. Realmente la práctica de nuestra afición puede resultarnos especialmente complicada, al menos si queremos hacer las cosas medianamente bien.
Nuestra habitación o espacio deberá reunir unas características determinadas:
- En primer lugar, la habitación tendrá una buena ventilación y una luz constante durante las horas diurnas; una luz no muy intensa que podremos regular mediante cortinas o persianas en función de las necesidades de nuestros ejemplares. La carencia de ventilación podemos paliarla con un aparato depurador-ionizador de aire, en el mercado disponemos de diferentes modelos.
- En segundo lugar, tiene que ser una habitación silenciosa a la que no lleguen sonidos excesivamente fuertes y en la que, sobre todo, no se oigan los cantos de otros canarios - propios o ajenos, o el degenerado canto de alguna canaria adulta -. Será conveniente dotar a la habitación de un hilo musical o, cuando menos, una radio conectada a un temporizador que la haga funcionar desde que salga el sol hasta que se ponga. La radio sintonizará preferentemente una emisora de música y si es de música clásica mejor. La radio evitará que los pichones escuchen sonidos externos y posibilitará que los pollos de cada voladero saquen su propio canto sin copiar de los ejemplares de otros voladeros, de repaso más fuerte o más avanzado. Algún compañero de Roller ha llamado a esto “efecto voladero”. He de manifestar que si bien recomiendo la existencia de la “barrera acústica musical”, es preciso tener mucho cuidado con ella, el volumen no debe estar ni muy alto ni muy bajo; en el primer caso incitaría a nuestros canarios a cantar con una intensidad demasiado elevada, buscando imponerse al sonido de la radio; en el segundo porque podría resultar insuficiente para lograr el efecto pretendido. El tema de la barrera acústica depende también de las características particulares de nuestros canarios. Existen ejemplares capaces de copiar de otros voladeros a pesar de esta medida y otros que ni siquiera precisan la radio para seguir la evolución de su canto sin injerencias ajenas a su voladero (yo mismo crié durante muchos años en una balcón cerrado con aluminio, sin posibilidad de colocar una radio, rodeado por los cuatros puntos cardinales de balconeros, gorriones y estorninos, sin que mis ejemplares copiaran de ellos, ni tampoco de los otros voladeros. A veces me llegué a preguntar si la radio no supondría más un placebo psicológico que una medida realmente efectiva; lo verdaderamente cierto es que con los años he visto casos en los que la radio es realmente efectiva y casos en los que es innecesaria y que cada voladero sigue su propia evolución, con independencia de los otros voladeros y de los cantos foráneos).
- En tercer lugar, dispondremos de tantos voladeros como cruces hayamos hecho e incluso, si podemos, de tantos voladeros como nidadas con un mínimo de dos machos tengamos. Lo importante no es tanto el tamaño de los voladeros como que los pollos estén distribuidos por hermanos de padre y madre o, como ya he dicho y si es posible, por nidadas con un mínimo de dos machos. Si no precisaran de ciertos estímulos sociales para cristalizar un canto adulto, cada canario cantaría de forma diferente, pero como sabemos que esos estímulos sociales son necesarios para la evolución del canto no podemos ubicar menos de dos machos por voladero. Partiendo de esta premisa, los ejemplares de cada cruce, e incluso nidada, deberían de cantar de forma distinta, colocar todos los pollos en un mismo voladero supone que o bien copien todos del primero que empiece a cantar [repasar], o bien saquen cantos tan distintos entre sí que al querer copiar unos de otros se estropeen o saquen un canto indeterminado. Lo más normal es que todos canten igual, al copiar del ejemplar o ejemplares más adelantado/s, para bien o para mal, excepcionalmente puede ocurrir que algunos canarios saquen su propio canto, independientemente del de sus compañeros de voladero. Cuando nos encontremos con nidadas de un solo macho pondremos la nidada con el resto de sus hermanos de padre y madre; en el caso de que en algún cruce, entre todas las nidadas, obtengamos un solo macho, los incluiremos en el voladero de unos hermanastros (de padre o de madre) que tanto por fenotipo como por línea de canto sean similares. En algunos casos, las diferencias morfológicas y canoras dentro de un mismo cruce aconsejarán separar en diferentes voladeros a los hermanos según las citadas características. También es fundamental sexar a los pichones desde un principio, como mínimo antes de que cumplan los dos meses de edad (momento en el que empieza la canción plástica, el repaso propiamente dicho), para evitar voladeros con un único macho; normalmente los machos empiezan a emitir su subcanción antes de cumplir los treinta días.
A pesar de no haberlo mencionado entre las características citadas, se da por sabido que la habitación tiene que tener una temperatura y humedad constantes, o al menos libre de subidas y bajadas bruscas de temperatura y humedad, que pueden ser causa de diferentes estados patológicos altamente perjudiciales para el canto de los pollos. Recomiendo disponer de un termómetro y de un hidrómetro; la temperatura será de 20 – 25 º la humedad de entre el 50 y el 60%. Es recomendable, asimismo, dejar un cubo con agua en la habitación, sobre todo en la época de más calor, si a pesar de esta medida el grado de humedad sigue demasiado bajo podemos utilizar humidificadores.
Una vez descrita la habitación ideal tenemos que hablar de un elemento tan importante o incluso más. Sin duda alguna habrán adivinado que se trata de la alimentación de los pichones. La alimentación de los canarios de canto tiene que ser rica y equilibrada, hay que tener mucho cuidado sin embargo, puesto que la mezcla que se utiliza normalmente para los canarios comunes, debido a su composición, puede hacer que el desarrollo se precipite, lo cual no interesa al criador y a su vez, puede crear estados de obesidad totalmente perniciosos para todo el aparato de fonación del canario, al acumular grasas que alteran el buen funcionamiento de los músculos que hacen posible el canto. La alimentación que se suele dar a los canarios de canto está compuesta por dos tipos de semillas. Las semillas son el alpiste, como elemento básico de la alimentación de los canarios, y la nabina, como semilla oleaginosa que ejerce, a su vez, una influencia positiva sobre el aparato de fonación. Por recomendación de un amigo, Juez de Roller, introduje hace dos años la perilla blanca en la mezcla que les doy a mis ejemplares (hasta que cumplen los dos meses de vida les doy mixtura normal) y he observado que, lejos de perjudicarles en el canto, mis ejemplares se desarrollan mejor y tienen una mayor fortaleza y resistencia. La proporción que utilizo en la actualidad es de 4 kilos de alpiste, 1 kilo de nabina y 1⁄4 de kilo de perilla blanca. Aparte de la mezcla de semillas, hasta que terminan la muda les doy una pasta comercial rica en huevo y miel, que enriquezco con 5 gramos de espirulina por kilo, una vez terminada la muda les doy la pasta una vez a la semana. También les doy frutas y verduras, normalmente brócoli, que les chifla. Por último, nunca les falta un hueso de jibia y un comedero con grit, para garantizar el aporte mineral y la digestión. Ocasionalmente les suministro un probiótico en el agua de bebida. Advertir que cada criador debe adaptar la dieta de sus canarios a sus propios ejemplares, en función del clima, de las características metabólicas que posean y del espacio donde los tenga (la alimentación adecuada puede variar en función de muchos factores, por eso lo que a un criador le viene bien a otro le puede ir mal: los experimentos en casa y con gaseosa, como se suele decir).
Como mínimo una vez a la semana pondremos a disposición de nuestros canarios una bañera para facilitarles su propia higiene y, de paso, la muda (suelo añadir un producto antihongos y bacterias en el agua de las mismas, más vale prevenir...). También hay que procurar tener los voladeros limpios y tener los comederos y bebederos de la misma forma, el agua deberá ser cambiada todos los días y los bebederos lavados y desinfectados. Esta, creo, innecesaria observación, la hago puesto que el descuido de lo anterior podría saldarse con la aparición de infecciones en los canarios. Una última advertencia en este sentido es evitar las semillas sucias, es decir, con polvillo; el polvillo penetra en el aparato respiratorio de los canarios provocando efectos poco deseables. El tema del polvillo en las semillas es uno de los mayores quebraderos de cabeza que tenemos en la actualidad y que nos está llevando a buscar casas comerciales que nos garanticen semillas de calidad, preferiblemente tratadas y envasadas al vacío (¿cuántos de nosotros hemos tenido que inventar excusas tontas para explicar la presencia de polillas en nuestras casas, para desviar la atención sobre su origen en las semillas de nuestros canarios?).
Sobre los dos meses de edad, el tímido balbuceo que comenzaron nuestros canarios cuando apenas tenía las cuatro semanas de edad, empieza a mostrarse con mayor claridad y es fácil encontrar a los jóvenes machos rivalizando entre sí. El repaso gana en altura, pero todavía habrá que esperar varios meses para averiguar cómo va a ser el canto de nuestros ejemplares, a pesar de que a partir de los dos meses de edad la evolución del repaso parece acelerarse y se creen escuchar notas que el canario va a dar cuando cierre su ciclo evolutivo, la muda hará que la evolución se frene hasta que los pichones acaben su primer cambio de pluma.
En efecto, es frecuente creer que ciertas variaciones del repaso de los pollos, como supuestos cloqueos y supuestas aguas, son ya definitivas, pero también es frecuente olvidar que el canario, por lo menos, hasta los seis meses no alcanza la madurez suficiente que le permite clarificar algunas notas y empezar a mostrarnos como va a ser su voz. Al igual que el ser humano, el canario también cambia su voz y ello se debe al mismo motivo, el desarrollo hormonal de los jóvenes canarios. El repaso es eso, un repaso, el canario emite unos sonidos condicionados por sus instintos y por los factores ambientales que lo rodean, que a medida que pasan los meses van esclareciéndose y mostrando lo que será, permítanme la expresión, su tarjeta de visita, aquello que lo va a diferenciar de los otros canarios. Dos canarios podrán repasar o cantar de la misma forma, atendiendo a los giros que hacen, pero nunca tendrán el mismo timbre de voz, pueden cantar una misma partitura pero no interpretarla, ejecutarla, de igual manera.
El canario en su repaso toma instintivamente como referencia el patrón innato de canto heredado de sus progenitores, pero el resultado final del mismo será el resultado de la conjunción de factores genéticos, morfo-fisiológicos y ambientales.