CANARIO CANTOR ESPAÑOL:
CALIDAD vs. CANTIDAD
Miguel Angel Martín Espada
C.N. E-7 H363
Desde que tengo memoria canarícola al canario discontinuo se le ha achacado por sus detractores tener cuatro notas. Dicha expresión se utilizaba en dos contextos que no siempre iban de la mano. Por un lado, cuando nuestro canario se amparaba en el Código del Timbrado Español, se aludía al hecho de que su canto, al contrario de lo que pasaba con el genuino canto Timbrado, apenas cubría 5 ó 6 de los 12 apartados de la planilla de enjuiciamiento vigente en COM (sin contar la casilla de impresión). Por otro, podía referirse a que muchos discontinuos basaban su canto en un reducido número de giros. Como decía, ambos significados de la expresión tener cuatro notas no iban siempre de la mano, ya que el hecho de que un canario rellenase únicamente unas pocas casillas de la planilla no implicaba un repertorio pobre desde un punto de vista puramente cuantitativo; un ejemplar podía tener un extenso repertorio y, sin embargo, ser esa ingente variedad de giros encuadrable en unos pocos apartados de la planilla.
El Código del Cantor Español establece un apartado específico en la planilla para valorar la variedad del canto:
1.4. Variedad.
Aunque el presente Código antepone la calidad de los sonidos emitidos por el canario a la cantidad, se recompensará la riqueza y variedad del número de giros que intervengan en el canto así como su capacidad para emitir varias canciones diferentes en su canto.
Asimismo, en el apartado dedicado a la valoración del canto, nos indica cómo otorgar la puntuación pertinente:
3.1. Variedad.
Óptimo, 9 puntos: Variedad de giros y canciones.
Bueno, 8 puntos: Variedad de canciones.
Regular, 7 puntos: Variedad de giros.
Mal, 6 puntos: Repertorio de giros pobre y repetitivo.
El Código es claro, hay que anteponer la calidad a la cantidad. Pero ante el hecho objetivo de que muchos de nuestros canarios son cuantitativamente pobres de repertorio lanza un mensaje claro: a igualdad de calidad debe ser más valorado aquel ejemplar que presente más variedad de sonidos en su canto. Y observemos que el Código hace referencia a dos magnitudes:
- Variedad de giros.
- Variedad de canciones.
La mayoría de los canarios emiten una sola canción, más o menos rica en sonidos, a lo sumo realizan ligeras variaciones de la misma, cuantitativas, añadiendo u omitiendo giros, o cualitativas, cambiando el orden de los giros o jugando musicalmente con la duración, el ritmo, la intensidad o el tono. La cantidad de giros que intervienen en la canción se valora en el apartado variedad, pero las posibles variaciones cuantitativas o cualitativas son objeto del apartado Musicalidad/Complejidad:
1.3. Musicalidad/Complejidad.
Como musicalidad entenderemos la emisión rítmica y melódica del canto, puesta de manifiesto a través de la capacidad del ejemplar para jugar con la cadencia de emisión, el tono y la intensidad de los sonidos.
Como complejidad entenderemos la capacidad del ejemplar para variar la estructura de la canción, cambiando el orden de emisión de los giros u omitiendo o intercalando sonidos de forma improvisada, así como la capacidad de realizar variaciones de un mismo sonido.
Pero existen también ejemplares, los menos, que son capaces de emitir en su canto varias canciones diferentes. Algunos canarios solemos decir que tienen dos caras, una canción meritoria y otra menos meritoria que afea el conjunto del canto, pero también existen ejemplares extraordinarios que son capaces de emitir varias canciones igual de meritorias, aunque lo cierto es que suelen ser canciones cortitas cuantitativamente.
Es por ello que el Código otorga el máximo mérito a aquellos ejemplares que son capaces de realizar varias canciones y que además esas canciones sean variadas, algo para lo que solo están capacitados ejemplares ciertamente extraordinarios. Seguidamente nos encontramos en el orden de mérito a aquellos ejemplares que realizan varias canciones entendiendo que la emisión de dos o más canciones tiene más valor que la emisión de una única canción, aunque ésta sea muy variada; extremo este último que es perfectamente opinable en algunos supuestos concretos y que hará que el juzgador aplique la calificación de bueno a canarios que emiten una sola canción rica y variada. Finalmente, los repertorios cortos y repetitivos son poco meritorios e incluso pueden llevar a que el ejemplar no sea puntuado por el juez al considerarlo cuantitativa y cualitativamente insuficiente.
Pero tengamos presente siempre lo primero que nos dice el Código: calidad antes que cantidad.
¿Por qué hago hincapié en algo que parece una obviedad? Sencillamente porque esto que parece palmario es el motivo de la proliferación de muchos defectos en el canto de nuestros canarios, como dice el refrán, quien mucho abarca poco aprieta. Siempre pongo como ejemplo a los padres del moderno Canario Roller, que supieron anteponer la calidad a la cantidad aun pagando un precio muy alto; pero nadie puede negar la sublime belleza y riqueza musical que, con solo cuatro sonidos, estos canarios pueden alcanzar.
Yo no digo que en el Cantor Español tengamos que llegar al extremo del Roller, no lo considero ni oportuno ni deseable, pero sí que observemos que muchos de los canarios que más nos llaman la atención por el poderío de sus voces metálicas y brillantes, su extraordinaria dicción, la lentitud de su canto (esos ejemplares que coloquialmente decimos que parece que se vayan a caer del palo), su musicalidad, su complejidad o por emitir complejos y espectaculares sonidos polisilábicos, compuestos o no, suelen ser ejemplares de repertorio reducido.
Por el contrario, es muy difícil encontrar ejemplares de repertorio muy variado que alcancen la máxima puntuación en alguno de los apartados de voz, dicción y musicalidad/complejidad y que, además, estén totalmente limpios de faltas o deficiencias, aunque estas pasen más desapercibidas que en canarios con mejor voz y dicción.
Ni que decir tiene que cuando unimos voz metálica y poderosa, dicción extraordinaria, lentitud, musicalidad y/o complejidad a variedad de canciones y/o giros nos encontramos ante ejemplares fuera de serie que marcan la diferencia y que difícilmente bajan en ningún concurso de 94 puntos, pero de esos todos sabemos que hay pocos y que salen muy de vez en cuando. Y aunque nuestro objetivo sea ese y no debamos perderlo de vista, tenemos que pararnos a pensar cómo es más probable alcanzar esa meta: ¿seleccionando como reproductores ejemplares de repertorio muy variado, normalmente de voces no especialmente llamativas, registros tonales medios y cadencia de canto equilibrada, a los que incluso se les perdona algún desliz por lo que dicen o seleccionando como reproductores ejemplares de voces metálicas y poderosas, de cadencia pausada, musicales y/o complejos, cortos de repertorio, pero que se compliquen la vida y sin defectos?
Veámoslo desde otro punto de vista ¿qué es más importante? ¿cuánto dice un canario o cómo lo dice? Yo, al menos, lo tengo claro.