Una tarea difícil

Cómo conseguir buenos cantores

 

1.- Selección de reproductores

1.1.- Introducción

Creo innecesario explicar el motivo de la importancia de la selección de reproductores en la cría ya no solo de nuestra raza de canto sino también en la de todo tipo de animales. Al contrario de lo que ocurre en estado salvaje, donde se lleva a cabo una selección natural de los más aptos, y en la cría en grandes voladeros, donde a pesar de poder elegir los reproductores (selección artificial) se produce una suerte de cría a la loca, en la cría en cautividad recae sobre el criador la tarea de seleccionar los ejemplares reproductores y formar las parejas para aprovechar y desarrollar al máximo las virtudes que éstos posean.
Es obvio que si bien todas las fases del ciclo que conforma la cría selectiva de canarios de canto son importantes, la selección de reproductores representa el basamento de todo el trabajo; si erramos en esta fase lo más probable es que carezcamos del aporte genético adecuado y, por muy bien que lo hagamos en el resto de fases, que estemos irremediablemente condenados al fracaso.
La experiencia, normalmente, determinará el grado de autonomía del criador a la hora de seleccionar los ejemplares con los que va a criar; ello hace que para el principiante sea prácticamente imposible suplir su inexperiencia con consejos teóricos, como los que va a encontrar en estas líneas, puesto que a pesar de que trataremos de ofrecer de forma clara y precisa algunas de las pautas básicas a tener en cuenta en la selección de reproductores, sin el concurso o ayuda de canaricultores veteranos de poco o nada servirá lo que aquí se diga. En sus inicios, el éxito de un criador se mide en relación directa a la solvencia de los canaricultores que lo asesoran; es más importante en estos primeros años la calidad técnica de los asesores que la calidad genética de los canarios que se posean; de nada nos servirá haber adquirido ejemplares de constatada alta calidad si no sabemos qué tenemos que hacer con ellos para sacarles el máximo partido.
Con todo, muchos criadores veteranos son incapaces de seleccionar adecuadamente sus reproductores y de elaborar los cruces; a pesar de contar con muchos años de experiencia, conocimiento del canto de la raza, sensibilidad musical y sobrada maestría en las técnicas de preparación más adecuadas para cada una de las fases por las que atraviesan los jóvenes canarios desde que empiezan a emitir su subcanción hasta que, pasando por la fase de repaso o canción plástica, llegan a cerrar canto.
Es en estos casos donde debe entrar en juego la complementariedad entre criadores; característica principal de las pequeñas asociaciones o clubes especializados cuyo principal objetivo es la mejora de la raza (en el seno de este tipo de grupos de criadores suele desarrollarse una canaricultura sana y solidaria basada en la confianza y buena fe reinante entre sus miembros). La existencia de este tipo de asociaciones explica el porqué muchos criadores empiezan a cosechar éxitos desde sus mismos inicios en canaricultura a pesar de su inexperiencia, logros que sin el concurso y ayuda del resto de integrantes de la asociación habrían tardado años en llegar; siempre y cuando, cansados de comprar canarios todos los años y de recibir temporada tras temporada consejos y aleccionamientos contradictorios sin obtener resultado alguno, no hubiesen decidido tirar la toalla y dedicarse a criar otras variedades o, incluso, a abandonar hastiados esta afición.

 

1.2.- Objetivos

“Nuestro objetivo es la consecución de canarios que, dentro de los parámetros marcados por el estándar de la raza y mediante una buena y melodiosa voz, sean capaces de desglosar, con buena dicción y total maestría musical, puesta de manifiesto a través del pleno dominio de sus facultades vocales y amplio registro tonal, una serie o series de giros lo más ricas y variadas que sea posible, atendiendo a sus limitaciones orgánicas y fisiológicas, y sin anteponer nunca la cantidad a la calidad”.
Este objetivo es común a todos los criadores de canarios de canto, independientemente de la raza que cultiven.

 

1.2.1. Parámetros del canto según el estándar de la raza.

Es fundamental delimitar, según el estándar de cada raza, el tipo de canto que deseamos que emitan nuestros canarios. Ya dentro de nuestra raza, vimos también que podíamos encontrar tres enfoques diferentes de cómo debieran estar formadas las canciones de los canarios, en atención a los giros presentes en la planilla de enjuiciamiento. Resumidamente hablamos de:
1º) Criadores que buscan canciones en las que intervengan todos, o la mayor parte posible, de los giros presentes en la planilla de enjuiciamiento y que podrían tener como planilla ideal la siguiente:

2º) Criadores que seleccionan las canciones de sus ejemplares sobre la base de los giros de ritmo no continuo, apoyando la variedad del repertorio en las múltiples formas de expresión de los giros de texto fonético ilimitado y cuya posible planilla ideal sería:

3º) Por último, aquellos que prefieren canciones intermedias, entre las dos posturas anteriores, buscando la inigualable belleza de los giros de ritmo no continuo y texto fonético ilimitado sin renunciar a la presencia en el canto de los de ritmo continuo. Su planilla ideal podría ser así:

Que duda cabe que de gustos no hay nada escrito y de que la amplitud del estándar permite que sobre estas tres variantes genéricas puedan existir tantas planillas ideales como criadores.
Los criadores que formamos parte del Club de Canaricultores de Canto “Cesaraugusta” nos identificamos con la segunda postura, así nuestra planilla ideal es:

En el Club de Canaricultores de Canto “Cesaraugusta” tratamos de alcanzar el objetivo de todo criador de canarios de canto a través de la selección del canto de nuestros canarios en base a la mejora de los giros de ritmo no continuo, principalmente de los discontinuos, eliminando de nuestros criaderos a los ejemplares que utilizan como apoyo y/o base de sus canciones giros de ritmo continuo (timbres metálicos y variaciones rodadas) e incluso, en el caso de los criadores más estrictos y exigentes, a la exclusión como reproductor de todo aquél ejemplar que emita algún giro de ritmo continuo en su canto. La especialización en los giros de ritmo no continuo lleva aparejada un desarrollo insospechado de las facultades de creación canora de nuestros canarios, consiguiéndose, con tal variedad de giros y con el inigualable e innato talento musical del canario de Canto Español, canciones de las que resulta prácticamente imposible no quedar prendado y preguntarse cómo es posible que unos animalillos tan pequeños sean capaces, por sí mismos, de componer tan bellas y delicadas melodías sin ningún tipo de educación artificial del canto. Evidentemente, son pocos los canarios capacitados para emitir este tipo de canto, menos de los que quisiéramos, pero cada año son más los ejemplares que sobresalen y pasan la dura criba selectiva a la que son sometidos.

Concretando más nuestro objetivo inicial, pretendemos la consecución de canarios que de forma innata y sin la ayuda de ejemplares adultos, basando su canto en la riqueza y variedad de los giros de ritmo no continuo, con predominio de los de texto fonético ilimitado (floreos, floreos lentos y variaciones conjuntas), y mediante una buena y melodiosa voz, sean capaces de desglosar, con buena dicción y total maestría musical, puesta de manifiesto a través del pleno dominio de sus facultades vocales y amplio registro tonal, una serie o series de giros lo más ricas y variadas que sea posible, atendiendo a sus limitaciones orgánicas y fisiológicas, y sin anteponer nunca la cantidad a la calidad.

Conviene recordar también algo que ya dijimos en su momento y que es de capital importancia en nuestro trabajo selectivo: “Lo que el canario hereda es la predisposición innata para realizar una serie indeterminada, pero determinable, de giros, que se irán plasmando en una melodía a través de un periodo de repaso, marcado por la morfología, más o menos idónea, del ejemplar y por los factores que han rodeado al mismo durante el proceso de maduración”. Nosotros trabajamos en la mejora de esa predisposición innata o patrón genético de canto seleccionando y utilizando como reproductores solamente aquellos ejemplares procedentes de familias que basan su canto en los giros de ritmo no continuo y que, en el caso de los machos, demuestren claramente sus aptitudes canoras en esa dirección de canto.

 

1.2.2. La voz

Queda puesto de manifiesto que la base de todo canario de canto es su voz. Una buena voz implica un aparato de canto perfecto, mecanismo de producción sonora verdaderamente complejo y en el que intervienen multitud de órganos.

El aire almacenado en los pulmones y sacos aéreos es expulsado por el canario. Antes de llegar a la tráquea, en donde ésta se bifurca en los bronquios, encontramos la siringe, órgano de fonación aviar equivalente a nuestra laringe.
En la siringe hallamos un complejo mecanismo accionado por un sofisticado sistema muscular que, unido a la acción de la presión externa del aire contenido en el saco aéreo interclavicular (que envuelve a la siringe y provoca que ésta se encuentre en un ambiente neumático), permite que unas membranas, denominadas timpaniformes , se tensen y, al pasar el aire expulsado desde los pulmones, vibren produciendo el sonido. El tono o frecuencia del sonido podrá variar por la acción de los músculos que enervan la siringe a través de la mayor o menor tensión de las membranas timpaniformes. El sonido pasa después a la tráquea, donde también puede ser modificado, tradicionalmente se ha defendido que el tono del sonido puede ser variado en la traquea mediante la elongación o contracción de ésta, si bien los científicos no le dan demasiado valor a esta afirmación. A su paso por la laringe, según su mayor o menor apertura, también puede sufrir modificaciones el tono.
Finalmente, el sonido llega a la cavidad bucolingual, donde creemos se produce su articulación definitiva y su transformación en los diferentes sonidos que nosotros percibimos y que, según su duración, estructura y complejidad, denominamos llamadas, gritos o cantos7. Destacar el papel de caja de resonancia que realiza el esófago (que cuando se hincha de aire, dando lugar al denominado buche de canto, puede actuar sobre la parte superior de la tráquea, modificando de esta forma el tono).

Siguiendo el famoso “Tratado de Canaricultura Roller” de Evaristo Fratantoni, algunos autores españoles e incluso algún Código de Canto citan como factores fisiológicos que influyen en el tono de los sonidos producidos por el canario los siguientes:

- El diámetro de los bronquios.- Los bronquios anchos determinan una pérdida de velocidad en la expulsión del aire; por el contrario bronquios estrechos expulsan aire a más velocidad.

- La longitud del músculo esternotraqueal.- Cuando éste es corto imposibilita la elongación de la traquea. Una tráquea corta o que no se alarga con facilidad eleva el tono del sonido.

- La rigidez en las paredes de la tráquea.- Que al aumentar hace aumentar igualmente el tono del canto.

- La posición de la laringe.- Ya que la laringe pese a no poseer cuerdas vocales, puede obturarse o abrirse y modificar así el tono.

Ya hemos visto que los científicos no coinciden plenamente con las observaciones de Fratantoni, pero hemos creído conveniente citarlas para que el lector las conozca. El complejo mecanismo canoro que acabamos de describir es controlado por el sistema nervioso central, destacando dos núcleos cerebrales principales ubicados en el telencéfalo: el centro vocal superior (CVS, cuyas siglas en inglés son HVC) y el robustus archistrialis (RA); que a través de la red neuronal, nervio craneal XII o gran hipogloso, situado en el bulbo raquídeo, y de los nervios hipoglosos (también llamados traqueosiringeales), envían su información a los músculos que permiten la producción del sonido en la siringe. Junto a estos núcleos cerebrales encontramos otros, conectados de una u otra forma con uno o con ambos de los principales. Destacan entre éstos el nucleus magnocellularis medio (MMAN) y el nucleus magnocellularis lateral (LMAN), ubicados también en el telencéfalo y conectados neuronalmente con el CVS, el primero, y con el RA, el segundo; el LMAN juega un papel importante en el aprendizaje del canto y su desarrollo motor. Otros núcleos cerebrales de importancia en el canto son el nucleus intercollicularis (ICO), ubicado en el mesoencéfalo, conectado con el RA y el nervio craneal XII; el nucleus interfacial (NIF) conectado al CVS el UVA, conectado con el CVS; y el área cerebral X, conectada con el CVS. La proximidad de alguno de estos núcleos con los centros auditivos del cerebro se relaciona por los estudiosos con la capacidad de memorización y aprendizaje de los pájaros y el posterior desarrollo motor de lo memorizado. De hecho, recientes estudios proponen un doble mecanismo en la memorización de las canciones: el primero consiste en la memorización basada en la expresión motora del canto (o, lo que es lo mismo, memorización del canto a través de su ensayo y desarrollo vocal, manifestado a través de la canción plástica o repaso); el segundo se basa en el almacenamiento en la memoria de los cantos escuchados por los canarios. Ambos mecanismos se interrelacionan, puesto que un joven canario privado del sentido del oído es incapaz de desarrollar una canción normal, lo que demuestra que el pájaro tiene que poder oír sus propias vocalizaciones para memorizarlas adecuadamente y componer con las mismas su canto.
Los científicos, entre los que destaca Fernando Nottebohm (al que debemos la mayor parte de los estudios sobre el control neurológico en el canto del canario), han demostrado un claro diformismo sexual en el tamaño de estos núcleos cerebrales, especialmente del CVS y del RA. El volumen del CVS y del RA es muchísimo mayor en los machos que en las hembras. También se ha puesto de manifiesto que el tamaño de estos núcleos está directamente relacionado con el nivel de hormonas en la sangre, concretamente de la hormona masculina: la testosterona; a mayor tasa hormonal, mayor es el volumen de estos dos núcleos cerebrales. También se ha relacionado el tamaño de estos núcleos cerebrales con la mayor o menor complejidad, variedad y duración del canto: a mayor volumen mayor capacidad canora. Si bien el hecho de que un canario posea un CVS y un RA muy voluminosos no implica necesariamente una mayor riqueza canora, tan solo pone de manifiesto unas facultades que el canario puede no desarrollar.
Volviendo a los nervios hipoglosos, que, como hemos visto, son los encargados de transmitir la información generada en el cerebro a la siringe, decir que el hipogloso derecho controla la parte derecha de la siringe y el hipogloso izquierdo la parte siniestra. Esto explica para los científicos el funcionamiento independiente de cada uno de los lados de la siringe, con todo lo que ello supone.
Sea como fuere, los científicos han demostrado que la intervención en la función canora de cada uno de los lados de la siringe es desigual, siendo sobre el lado izquierdo sobre el que recae el mayor peso en la producción sonora en el caso del canario y la mayoría de paseriformes (control vocal lateralizado con dominancia del lado izquierdo).
Los estudios realizados demuestran que si se secciona el nervio hipogloso derecho sólo se pierden algunos elementos de la canción, que son sustituidos por ruidos o por silencios; por el contrario, si se secciona el nervio izquierdo desaparecen la mayoría de los motivos de la canción. Los efectos de la sección del hipogloso izquierdo varían según la fase del desarrollo del canto en que nos encontremos: - Subcanción: Tras un breve lapso de tiempo, el joven pajarillo retoma sus emisiones sonoras con normalidad, el ave suple la pérdida funcional del nervio izquierdo con el derecho. El nervio izquierdo no se regenera, aunque hay excepciones que confirman la regla y, afortunadamente para nosotros, una de ellas es el canario. Si se secciona el nervio izquierdo entre el decimotercer y el vigesimoséptimo día de vida, el nervio se regenera y ambos lados de la siringe comparten la producción sonora (habrá sonidos emitidos por la parte derecha, sonidos producidos por la parte izquierda y otros, un tercio aproximadamente, en cuya producción intervienen ambas mitades). - Canción plástica: El pájaro permanece de por vida en esta fase del canto, sin llegar a cristalizar un canto de adulto estereotipado. El canario vuelve a ser una excepción, puesto que es capaz de sustituir la pérdida del lado izquierdo con el derecho y llegar a cerrar canto como un adulto cualquiera. - Canción estable: Los sonidos producidos por la mitad izquierda son sustituidos en el canto por silencios o ruidos. En la búsqueda de los poseedores de las mejores voces y aptitud canora, los criadores de canarios hemos seleccionado la morfología de nuestros canarios buscando unas características presentes y observables empíricamente en la mayoría de los cantores de calidad: - Cabeza grande. - Amplitud torácica. - Tamaño o volumen medio. - Posición de canto horizontal. Las tres primeras características morfológicas parece, a la vista de los estudios citados, que podrían ser tomadas como indicios de una mayor capacidad cerebral, un sistema respiratorio más desarrollado y cantos de tonalidades medias, más musicales, ni muy agudos ni muy graves.

 

1.2.3. Conclusiones

1ª) Debemos buscar la perfección de las voces de nuestros canarios. El timbre de voz debe ser rico y acorde con las características del tipo de giros que pretendamos desarrollar en el repertorio de nuestros canarios. Debe poseer, y poder desarrollar, un registro tonal cuanto más amplio mejor. Además, debe poder desarrollar el canto con la intensidad apropiada en cada momento de la canción, con facultades para modularla y otorgar al canto los más delicados matices musicales. Los sonidos emitidos por nuestros canarios deben ser limpios y nítidos, con una excelente dicción (deben predominar los sonidos vocálicos, más musicales que los consonánticos) y con la duración justa para poder ser apreciados sin causar monotonía en el oyente.

2ª) Trataremos de conseguir ejemplares cuyo canto se aproxime lo máximo posible a nuestra planilla ideal. Para conseguirlo, debemos trabajar el patrón innato de canto de nuestros canarios mediante el desarrollo de la predisposición a la emisión de cantos basados en giros de ritmo no continuo, principalmente en los discontinuos; pues el predominio en la canción de los giros de ritmo semicontinuo conferiría al canto una sensación de precipitación que redundaría en una clara pérdida de musicalidad.

 

 

Continúa en: una tarea difícil II