El arículo se publicó en varios números consecutivos de la revista pájaros, los iremos añadiendo todos
Revista Pájaros nº 26 de 1963
Al hablar en el número anterior del concepto de "sonido ininterrumpido o continuo" aplicado a la estructura de modulación de las Ruladas, comprobamos que la denominación de RULO se utiliza tanto si el ritmo del batido silábico es relativamente lento como si es acelerado. Por tanto, si en canaricultura Roller se aceptan amplios conceptos de ritmo y de pureza de dicción, parece sensato que unas notas básicas del Timbrado perfectamente definidas por su ritmo, por su modulación y por sus tonalidades, deban interpretarse como lo que verdaderamente son, y no—para diferenciarlas, aparentemente, de las básicas del Roller—como se las ha denominado incorrectamente al establecer el Reglamento, por cuanto los verdaderos Timbres, técnica e internacionalmente, no son producto de modulaciones guturales, sino labiales; y su ritmo de emisión es lento, tanto, como para que puedan apreciarse perfectamente los espacios de silencio intersilábicos, ya que su ritmo no alcanza a las 15 emisiones por segundo (de 4 a 7, normalmente); y, por tanto, no pueden causar sensación de continuidad, como dice el Reglamento, precisamente, por no existir batido entre ellas.
Esta errónea denominación de Timbres como notas del canario, fue, sin duda adaptada al canto Timbrado para establecer una completa semejanza onomatopéyica con el sonido peculiar de los timbres eléctricos, ignorando tal vez que las características que definen, a las notas de los pájaros es la estructura de su modulación, y no, que por denominarlas de otra forma distinta de la adoptada internacionalmente, puedan creérselas distintas si la modulación efectuada por los canarios es idéntica.
Así pues, porque el Reglamento denomine Timbres a las notas que dice ser básicas del canto Timbrado no debe creerse que tales notas son diferentes de los Rulos, por cuanto en ambas la estructura de modulación es idéntica; y, por lo tanto, esta denominación de Timbres es técnicamente incorrecta por haber sido aplicada para definir a notas batidas continuadas, cuando, por el contrario, los verdaderos Timbres definen internacionalmente a las notas intermitentes sin batido silábico alguno como efectivamente son Timbres los llamados Cascabeleos del Reglamento.
Aclaremos estos conceptos con ejemplos prácticos obtenidos por la utilización de un timbre eléctrico de campanilla, en el cual percibiremos su sonido peculiar cuando está conectado a la red de alimentación, pero que, en cambio, será preciso hacer las percusiones a mano cuando necesitemos producir sonidos regularmente interrumpidos si el ritmo es lento.
Si las percusiones son efectuadas por nosotros con ritmo lento (inferiores a 15 golpes por segundo) percibiremos unos sonidos tintineantes, intermitentes, sin ligazón alguna entre sí. Por el contrario, si la ligazón es rápida (conectado el timbre a la red el ritmo del golpeteo es del orden de 25 percusiones por segundo), apreciaremos un sonido continuado como consecuencia del fenómeno de persistencia sensorial, del que hablamos en el capítulo anterior.
En el primer caso, las percusiones de ritmo lento del martillete sobre la campanilla producirán unos sonidos tintineantes bien definidos: lin-lin-lin-lin... En el segundo caso, percibiremos un continuado ririririririring... Observemos cómo, por consecuencia del cambio de ritmo, se modifica la estructura y cómo cambia la representación fonética de la onomatopeya de ambos sonidos: La l de los tintineos se transforma en r en los sonidos continuados.
Esta r intersilábica es la que determina el carácter de sonido batido o redoblado a consecuencia del choque entre sonidos rápida y sucesivamente producidos en la campanilla del timbre eléctrico, dando lugar a la percepción de un sonido especial continuado en nuestra conciencia.
Pues bien, en canaricultura, a los sonidos intermitentes de tonalidad aguda o metálica como son los tintineos obtenidos por percusión lenta sobre la campanilla del timbre eléctrico y aplicando la onomatopeya de este sonido tintineante al canto de los canarios de cualquier raza e incluso al de pájaros silvestres, diremos que cantan notas internacionalmente llamadas Timbres cuando emiten sonidos tintineantes diversos, que serán tanto más meritorios y agradables cuanto más suavemente son modulados por los pájaros (percusión suave en la campanilla del timbre eléctrico). La modulación utilizada por los pájaros para emitir estas notas intermitentes no puede ser otra que la lingual para ritmos lentos de emisión silábica: lin-lin-lin-lin... o li-li-li-li... rememorando el dulce y pulcro sonido de un pequeño cascabel.
Por el contrario, si los mismos pájaros en vez de producir sonidos interrumpidos de tipo tintineante lo hacen con sonidos continuados como consecuencia de una mayor rapidez de modulación (rápido golpeteo en la campanilla del timbre eléctrico), observaremos que el sonido así modulado cambia de estructura percibiéndose un continuado ririririririririri... a cuya nota resultante continuaremos llamándole Timbre por su tono metálico o agudo, pero por ser sonido continuado y batido por sucesivos choques (aparece entonces la r del batido silábico) tomará otra denominación compuesta llamada internacionalmente timbre RULADO, cuya modulación no puede ser otra en los pájaros que la de tipo gutural para imitar sonidos de percusión rápida.
Volvamos con las prácticas del timbre eléctrico: Si la campanilla metálica de éste, es sustituida por otra de otro material adecuado: madera, cartón, corcho, etc., o se ingenia algún dispositivo automático que sustituya al electromagnético del timbre eléctrico para producir el movimiento regular de repique del martillete, tal como el Redoblador explicado en el capítulo IX de la "Iniciación al canto clásico Roller" del número 15 de esta Revista, la tonalidad pasará de la metálica inicial producida por la resonancia de la campanilla metálica, a la más grave y profunda obtenida con el Redoblador, pudiéndose obtener tonalidades intermedias con sólo reducir la superficie resonante. En estas condiciones y aplicando la onomatopeya del sonido y tono obtenido al canto de los canarios, diremos que ejecutan Timbres intermedios y Timbres profundos cuando el ritmo de las modulaciones (percusiones de los aparatos eléctricos o mecánicos) es lento, por lo que percibiremos sonidos intermitentes bien claros: lü-lü-lü-lü... lo-lo-lo-lo-lo... o lu-lu-lu-lu-lu-lu... Como comprobamos, la estructura de esta modulación es exacta a la de los tintineos metálicos ya conocidos, variando únicamente en la tonalidad, motivo por el cual se determinan internacionalmente con nombres bien específicos: Timbres intermedios (de tonalidad intermedia) y Timbres profundos (de tonalidad profunda).
Si por el contrario, el ritmo de las percusiones en los aparatos o en la modulación del sonido en la laringe de los canarios es rápido, el sonido percibido producirá sensación de continuidad por el batido o choque silábico, y por tal motivo al no ser sonidos intermitentes, ya dejan de denominarse Timbres para aplicarse la denominación internacional de Rulos sencillos de tonalidad intermedia y Rulos dobles de tonalidad profunda, diferenciándose éstos de aquéllos en dos características que deben estar bien acusadas para que existan contrastes entre ambas notas: mayor energía en las percusiones (modulación gutural más marcada en los Rulos dobles) reconocibles al oído por una mayor dureza de la r del batido, y por una mayor profundidad de entonación también en los Rulos dobles; precisamente tal y como los define el Reglamento al denominar Timbre profundo y Timbre intermedio en cuanto a tonalidades, y por una mayor dureza de modulación al establecer una r doble y una r sencilla en los respectivos textos fonéticos de los dos "Timbres" del Timbrado Español.
Se comprenderá que vale la pena el ejercitarse en la práctica de estos ensayos para llegar a comprender todo cuanto pretendo inculcar, modestamente, en bien de los aficionados y muy en particular en los cultivadores del Timbrado, los cuales inicialmente aceptaron los conceptos equivocados sobre el canto del País, que es preciso desechar si queremos llamarnos canaricultores. Cuando se asimile la exactitud de los conceptos técnicos se darán perfecta cuenta de los graves errores del Reglamento; por cuanto éste no define técnicamente al canto puro del País, sino al mixtificado; ni por otra parte la denominación de Timbrado es correcta, ni muchísimo menos, tanto en su acepción internacional de Tonalidad alta ni como en la arbitraria de Notas por ser los "Timbres" del Reglamento Rulos bien, manifiestos. Omitiendo, en cambio, las verdaderamente básicas del canto cultivado del canario del País, y que son precisamente las que más agradan e impresionan hoy, a juzgar por el desmedido interés en adquirir ejemplares que las emiten y que son objeto de crítica, precisamente, por quienes más se afanan en adquirirlos y son los más fervientes partidarios en mantener los conceptos erróneos del Reglamento.
Lo pernicioso es persistir en la absurda creencia de que el canario puro del País ha de emitir Timbres en sus tres tonalidades para que el canto sea más variado y completo, ignorando que por querer cultivar estos Timbres— siempre impropios del canto puro del País— pierden los canarios la facilidad de emitir con absoluta precisión las otras notas básicas; .por cuanto, siendo básica la modulación lingual para ejecutar con la máxima perfección y belleza las notas de Agua, los Cloqueos y las Flautas (Floreos en el Reglamento) se ve impedida su ejecución por su antagonista la modulación gutural propia de los llamados "Timbres", o lo que es lo mismo, canarios que cantan Rulos no pueden modular eficientemente bellas y definidas notas de Agua, ni Cloqueos, ni variadas Flautas, y, por el contrario, estimulando, para mejorarlas, estas notas propias del canto puro del País, no pueden aparecer, como máximo, más que la modulación gutural del Timbre rulado (Timbre metálico del Reglamento) en cortas expresiones, tal como lo hacen tantos pájaros silvestres y que son comunes al canto de todas las razas de canarios reconocidas internacionalmente.
Precisamente, por el antagonismo existente entre los Rulos, y los Cloqueos y notas de Agua (incompatibilidad de modulaciones) es el motivo principal del escaso avance cultural del canto realmente bello y típico del canario del País que todos desean establecer en sus linajes.
Se recordará que en el n.° 13 de Pájaros al final de mi artículo "Justificando una opinión sobre el llamado Timbrado Español" me permitía recomendar a los criadores de aquellos canarios que tanto me agradaron en el Concurso de Oviedo del ano 1961 (los mismos canarios que ahora hacen furor en Madrid) para que "no amplíen el repertorio con esas notas que dicen ser básicas del canario del País. Posee una estirpe buenísima que es susceptible de purificar procurando mejorar en lo posible la modulación, dicción y vocalizaciones gratas de todas las notas y estimulando las variaciones de Agua, Cloqueos y Flautas (Floreos). Con estas notas en sus formas simples y compuestas se obtiene un canto variadísimo que causaría sensación en los Concursos internacionales".
Claro está que tales canarios de Oviedo, tal como yo preconizaba su cultivo de canto, no podían ser acogidos en los Concursos de canto Timbrado por cuanto al privarles de los Timbres (entiéndase el intermedio y el profundo, puesto que el metálico es común a todas las razas) mal podían denominarse Timbrados, ni por otra parte las notas de Agua podían valorarse, técnicamente, en un Código cuyo Reglamento no hace la menor alusión a ellas.
Pero a pesar de ello, por lo que sea, a los aficionados madrileños les agrada esta modalidad y la introducen en sus crías, y lo más paradójico es que tal canto NO TIMBRADO obtiene este año el primer premio en CANTO TIMBRADO, juzgado el canario campeón por el más experto juez de Timbrado Español en el Concurso de la Real Asociación de Cazadores de Madrid. Véase la planilla de calificación.
Ante esta planilla de canto cabría preguntarse: ¿para qué tanta discusión habida durante tantos años sobre el mal llamado Timbrado Español para llegar al convencimiento oficial de una mayor belleza de canto en una modalidad desprovista de las notas básicas preconizadas en el Reglamento?
Como lo hice con los buenos aficionados de Oviedo, quiero insistir ahora cerca del criador de este canario campeón, el buen amigo don Pedro Rico Castillo, para que elimine de sus crías todo vestigio de ruladas guturales, incluso el Timbre rulado (Timbre metálico en el Reglamento), el cual, aunque admisible en el canto del País por no ser básico del Roller, su cultivo introduce dificultades en la pureza de las modulaciones linguales: notas de Agua, Cloqueos y Floreos (Flautas) que son las notas básicas que con mayor empeño debe estimular si verdaderamente está convencido de la mayor belleza de esta modalidad de canto que no sospechaban su existencia quienes establecieron el Reglamento, haciendo caso omiso de los que le recomienden la introducción de "notas timbradas" que no conducen más que al emborronamiento casi total de esas otras notas verdaderamente básicas que tanto agradan y por las cuales su canario ha merecido el primer premio de Canto Español, como así debió denominarse al buen canto del País en lugar de ser aplicado el absurdo adjetivo de Timbrado.
Los Rulos, intermedio y profundo (léase Timbres en el Reglamento) jamás han sido notas básicas del canto del canario puro del País, y no se concibe que a estas alturas se pretenda mantener la confusión en la masa de la afición, como justificación de graves errores cometidos, diciendo que todos los Códigos de canto han sufrido modificaciones en el transcurso de los años. Esta afirmación es gratuita y tendenciosa por cuanto en el canto Roller por lo menos, jamás ha existido variación de criterios técnicos en lo referente a las notas básicas. Los Rulos (sencillos o dobles) corno básicos del Roller (canario rulador) siempre se han mantenido invariables, con la misma denominación y con la misma puntuación, desde los primeros Congresos alemanes, los de Leipzig y Colonia, celebrados allá por los años de la primera década del actual siglo.
Las modificaciones que repetidas veces ha sufrido el Código o Estándar Roller en distintos Congresos han sido exclusivamente de notas secundarias (notas no ruladas) para intentar crear distintos linajes de canto (líneas de canto), pero siempre manteniendo como básicas del Roller o del Harz a las notas rodadas clásicas y de cuyos repetidos intentos se llegó al convencimiento de la incompatibilidad de modulaciones que perjudicaban la pureza de los nobles rulos por la preponderancia del cultivo de notas de canto no rodado.
La afición española tiene derecho a conocer la verdad en lo referente al Timbrado Español, porque si se han cometido graves torpezas técnicas injustificables, deben ser los mismos que las cometieron los que con gallardía deben rectificar públicamente y decir a los aficionados que confiaron en ellos que en efecto el Timbrado Español ha sido reconocido internacionalmente, pero con la condición expresa de que el TONO de su canto ha de ser forzosamente TIMBRADO, motivo por el cual deben eliminarse del Código y, del Reglamento el Timbre intermedio y con mayor razón el Timbre profundo, motivo por el que, al tener que suprimir las notas que se decían ser básicas del Timbrado, es un hecho insólito que no tiene precedentes en los anales de la Canaricultura.
El calificativo de Timbrado no ha sido por tanto tan acertado como algunos suponían, por cuanto esta incorrecta denominación ha podido ser motivo de justificación técnica—y tal vez un tanto diplomática—para reconocer este canto y dejar que caiga el Timbrado por su propio peso..., ya que, de persistir el rigor de la condición impuesta del exterior, los cultivadores del "Timbrado" tendrán que conformarse con voces de "grillo" y de "chicharrilla" en el canto de sus canarios, si pretenden acudir a Concursos internacionales, y esta condición impuesta a quienes han saboreado últimamente otros contrastes de tonalidades y modulaciones más gratas y más propias del canto puro del País no creo que ahora se alegren demasiado de que se haya reconocido internacionalmente el Timbrado Español.
Finalizado el comentario de este primer grupo de notas del Reglamento, comentaré en sucesivos capítulos los restantes grupos, los cuales, como en el de las notas timbradas, también hay mucho que hablar de ellas y demostrar, por las normas preconizadas en el Reglamento, que el repertorio de canto así establecido no es precisamente un modelo de depuración que satisfaga las más elementales normas de la cultura.
NOTA: En este artículo debía figurar el fotograbado de la planilla de calificación de la que hago referencia. Su desaparición inesperada en momentos críticos de presiones poco deportivas, ha impedido su reproducción en estas columnas. Lamento sinceramente lo ocurrido por el interés y por el deber que tenía de devolvérsela al buen aficionado y excelente amigo don Ángel Sáinz de la Torre, que adquirió el canario al Sr. Rico. Ambos señores saben muy bien —lo mismo que otros muchos— que en el repertorio del citado canario no figuraban puntuados ni el Timbre intermedio ni el Timbre profundo a pesar de que en el título de la planilla de Concurso llevara impreso el absurdo nombre de TIMBRADO ESPAÑOL.